Arquitectura Popular

Lanestosa ha conseguido mantener intacto su casco medieval con el paso del tiempo. El pueblo se estructura, esencialmente, en tres largas calles rectas en sentido del río cortadas por otras dos más cortas perpendiculares a la corriente.

Calle Real. El paseo por la principal arteria del pueblo tiene, además del palacio Colina y la Casa Sobera, referenciadas en otras partes de esta guía, dos interesantes ejemplos de arquitectura señorial (no se olvide que están junto a la iglesia, en la zona noble de la Villa) que, como otras edificaciones de esta índole proceden de la segunda mitad del siglo XIX, pasadas las guerras carlistas.

Edificio de La Abacería (nº 4)-Es una estupenda casa de gran volumen. Data del año 1864 como se puede apreciar en la barandilla de forja del bonito balcón que luce.

Destaca la fila de cinco “troneras” que aparecen por encima de cada una de las puertas de su primer piso, algo que se repite en más construcciones de la villa. En su planta baja se sitúa la abacería del pueblo, “El Arka de Noe”, un “grandes almacenes” doméstico, que bien merece una visita, ya que existen muy pocos comercios como este en la actualidad.

Casa (nº 3 y 5)- Es una de las pocas mansiones de la villa que disponía de edificios anejos destinados al servicio a los que se accedía por la elegante puerta enrejada situada frente a la iglesia. A continuación, una rampa permitía a los carros descender hasta las dependencias del piso inferior destinadas al tiro. El edificio se podría situar en la segunda mitad del s. XIX. Destacamos, como es habitual en Lanestosa, la soberbia galería de madera acristalada orientada al Sur.

Tras cruzar la carretera, la calle Real confluye en la bonita Plaza de Mirabueno que alberga de frente uno de los edificios más grandes de la villa del tipo residencial, de gran presencia y dimensiones, una construcción que data de 1870.

La calle Mirabueno destaca por el protagonismo de la piedra, tanto en muros como en firme: son destacables las pequeñas construcciones en forma de torreta que se alzan al inicio de los muros, con una sillería muy trabajada, de forma cilíndrica en el cuerpo, finalizan en forma cónica con un adorno de bola.

Sobresale la Casa de Bringas (nº 2), edificio palaciego de grandes dimensiones, con una gran finca y que fue restaurada en 1944.

Calle Lehendakari Agirre. El inicio de esta calle (antiguamente llamada de la Ribera) es una bonita postal de Lanestosa. Empedrada, en descenso, permite descubrir una de las zonas balconadas más interesantes de la villa: una preciosa secuencia larga de balcones corridos que se apoyan en las propias vigas del forjado, y que conforman una especie de pórtico muy práctico como refugio en épocas de lluvia.

A la altura del nº5 se conforma una caprichosa plazuela empedrada con salida al puente viejo, antiguo paso principal para vadear el río. En este lugar hay que situar durante mucho tiempo el mercado de la villa, seguramente al ser el primer espacio abierto y abrigado de entrada nada mas sortear el río.

El final del recorrido a lo largo de esta calle llega a pequeña plazoleta a la altura del Puente de Los Atrancos, desde donde, tras subir por una suave cuesta de la calle Gutiérrez Martínez, se sale a otra pequeña plaza, con dos interesantes casonas:  la Casa de Biota, con un gran balcón de madera que se desarrolla a lo largo de toda la fachada, en la que se conserva la fecha de construcción: 1889 y la casa contigua, en la que destaca la balconada con balaustrada en madera de bonita ornamentación de motivos geométricos. También es digno de mención el arco de medio punto que conforma la puerta, con sillares muy bien trabajados.

La subida por la calle Correo permite disfrutar de un primer edificio muy sobrio de función original fundamentalmente agropecuaria, con una bonita fachada a la calle con enlucido blanco, antes de llegar a la casa de Trápaga, edificio que ha tenido varias restauraciones. Tiene a Levante una amplia huerta y dispone de galería a mediodía reformada, en gran parte debido al bombardeo del teatro en la guerra, del que lo separa un callejón y que actualmente está ocupado por el parque de bomberos.

Para finalizar el recorrido, y unos cuantos metros más adelante, a mano izquierda, antes de llegar al bar Rosi, podemos encontrar el pequeño callejón con el empedrado original más antiguo del casco urbano de la villa. Desde este punto hasta la Plaza Vieja quedan pocos metros, fin del recorrido propuesto.